Recep Tayip Erdogan, el primer ministro de Turquía, ha arrasado en las elecciones legislativas de este domingo. Obtiene la mitad de los votos. Sin embargo, no consigue los diputados que necesitaba para llevar a cabo sin problemas una de sus principales propuestas: reformar la constitución para que el presidente del país acumule mucho más poder que ahora. La jugada de Erdogan estaba clara: quería hacer esa reforma y dentro de unos años, convertirse el mismo en presidente, y seguir gobernando el país. Ahora, el primer ministro tendrá que negociar esa propuesta con la oposición, que prefiere el sistema parlamentario actual.