Esta noche la policía londinense ha desmantelado el campamento que los indignados habían montado frente a la catedral de San Pablo en octubre pasado. Cumpliendo una decisión del Tribunal Supremo, los agentes han levantando las tiendas de campaña y los enseres de los indignados, que no han opuesto resisitencia. Alguno aprovechó incluso para hacer yoga. Llevan en este lugar desde el 15 de octubre, protestando por los excesos de la banca y las grandes corporaciones. Insisten en que tienen el derecho a permancer en él porque la orden del Supremo concierne sólo a la retirada de las tiendas. Una decena de 'indignados' han sido detenidos tras el desalojo.