Es la última imagen de una guerra civil que sigue desangrando Siria. Un helicóptero del ejército intentaba llegar el sábado al aeropuerto de Menagh, cerca de Aleppo. Al grito de Dios es grande los rebeldes consiguen impactarle con un misil. El aparato cae. Sus tripulantes mueren en el acto. A los pocos minutos, miembros del Ejército Libre Sirio celebran la caída del segundo helicóptero enemigo en solo cuatro días.Ocurre el mismo día que el presidente sirio, Basar Al Asad, concedía una entrevista al rotativo británico Sunday Times en la que acusa a occidente de militarizar la guerra en su país.Lo cierto es que la escalada de violencia sigue imparable. Y cada vez más cerca de la capital del país y bastión de las fuerzas del régimen.En la ciudad de Daraya, a pocos kilómetros de Damasco, un tanque hace guardia por sus calles. Y dispara contra lo que cree son rebeldes. A los pocos minutos estos contraatacan. Disparando un lanzamisiles contra el tanque.En Ain Tarma, cerca de Damasco, los enfrentamientos causan bajas civiles. El rastro de los ataques también lo vemos en Deir al Zour. Los rebeldes graban las consecuencias. Devastadoras. Como devastada quedaba una zona residencial donde vivían centenares de personas. Tras el paso de la guerra el barrio ha quedado reducido a cenizas.