Dibujan, pintan y recortan ellos mismos. Confeccionan los disfraces en clase con ayuda de sus profesores. En estos tiempos que corren gana la creatividad al consumismo. Este año se lleva el 'low cost' aplicado a los disfraces de carnaval. Por ello, conviene que los trajes se hagan con materiales reciclados: bolsas de plástico, cartón, papel, lana... Por tan solo 2 euros los más pequeños ya tienen disfraz. Lo hacen combinando ingenio con aprendizaje, una fórmula perfecta que encanta tanto a padres como a los miles de niños que celebran en sus colegios un carnaval que sigue siendo divertido y original, pero sobre todo ahora, también económico