Es importante educar a padres y niños en la prevención de secuestros. Cuando los pequeños estén en el parque, hay que delimitar una zona de juego de la que no deben salirse a no ser que avisen. Tampoco irán a comprar chucherías o hacer recados solos. Es fundamental que el niño no lleve a la vista su nombre en la ropa. Aunque alguien le llame directamente o diga que viene de parte de un familiar, no tiene que fiarse. En el caso de que intenten cogerlo, tendrá que gritar o correr, nunca quedarse parado. Tampoco aceptará regalos o caramelos de nadie, si se los ofrecen, debe avisar al adulto con el que está. La clave es que los hijos estén informados ante situaciones así, pero no a base de temor o miedo. Si un pequeño se pierde, debe recurrir a un uniformado, y si cualquiera de nosortos detecta algo sospechoso habrá que llamar al 091, sin crear alarma o bulos a través de las redes sociales.