Bolso Balenciaga. Modelo, Mini City, pero casi 700 euros más barato que su precio normal. Algo falla. Es una falsifación. Pero buena. Muy buena. De lujo. Para calcar primeras marcas. Por fuera y por dentro. Fabricada en España con materiales nobles, con cuero nacional e italiano, cosido a mano y cuidando hasta el mínimo detalle. "Tenían a personas mayores, costureras de toda la vida, que se encargaban de dar las puntadas a los bolsos. Incluso una familia que era un negocio heredado, la segunda generación que se dedicaba a las falsificaciones", explica Mónica Dopico, inspector jefe de la Policía Nacional. En total, 24 detenidos, desde los líderes de la organización a las costureras. Los que fabricaban pero también los clientes eran conscientes de que lo que compraban no eran productos originales. "No es que además tuvieran una oferta amplia de bolsos, es que la mayoría de bolsos los vendían bajo pedido. Y si la clienta lo pedía, le entregaban una garantía de autenticidad del bolso. Se llevaban hasta el embalaje con la marca. Cuidaban todos los detalles. Estamos hablando que vendían falso lujo", comenta Dopico. Para eso contaban con estas piezas valiosas. Planchas y troqueles hechos ex profeso y con los que marcaban tejidos, pieles y envoltorios. Sólo importaban desde China las piezas metálicas. Bolsos, carteras, maletas... Prácticamente todo se vendía en España. En Valencia, en concreto, tenían un piso dedicado exclusivamente a enseñar sus 'recreaciones'. Algo que la Policía Nacional no había visto nunca antes. Y eso que llevan años persiguiendo este tipo de delitos. En este último, sin ir más lejos, han llevado a cabo 300 operaciones, con casi 1000 detenidos y más de 4 millones de productos incautados.