Ha sido una de las últimas víctimas de violencia doméstica de 2017. Andrea Carballo, de 20 años, fue secuestrada por su expareja Víctor Llorens la mañana del 24 de diciembre. A toda velocidad el coche en el que viajaban se estrelló contra el surtidor de una gasolinera en Benicassim. Él tenía una orden de alejamiento que quebrantó varias veces y antecedentes por violencia machista contra otra mujer. Pero esa orden y las denuncias reiteradas de la madre no sirvieron para salvar su vida.