A un hotel de Mallorca acaba de entrar una nueva denuncia. Una familia de 6 personas argumenta que sus vacaciones se han visto arruinadas por diarreas y gastroenteritis y piden que les devuelvan el dinero de las vacaciones.  Habrían comido del bufett. Durante la estancia no se quejaron. Todo les pareció bien, pero una vez de vuelta a casa, alentados por una trama muy bien organizada de abogados intentan suculentas indemnizaciones. No necesitan ni un mínimo justificante médico, ni siquiera receta para comprar esos fármacos que son la única  prueba de la denuncia. Los hoteleros aseguran que el 99 por ciento de las reclamaciones son falsas. Mientras en el Reino Unido la prensa y las autoridades advierten a los turistas de los peligros que podría acarrearles el fraude, los hoteleros  y touroperadores evitan los británicos del todo incluido. Indefensión y preocupación entre el sector turístico en Baleares que ya ha tenido que devolver 50 millones de euros. O lo que es lo mismo, han pagado vacaciones gratis para los turistas denunciantes.
-Redacción-