Es un proyecto novedoso. "A la huerta de la esquina" lleva más de un año ayudando a adolescentes chilenos con síndrome de Down. El objetivo es claro: fomentar la faceta social y laboral de estos jóvenes a los que un sólo cromosoma les cambió la vida. Y todo en un entorno natural en el que aprenden a plantar hortalizas y verduras con las que después realizan mermeladas y conservas. La venta de estos productos y sus beneficios ayudan a los jóvenes a lograr entrar en el mercado laboral. Pero, lo más importante de todo, es que nunca pierden la sonrisa.