No es una maldición bíblica ni era inevitable que en España arrasara como lo está haciendo el coronavirus.
Por mucho que los altavoces mediáticos del Gobierno socialcomunista, apañado por PSOE y Podemos con ayuda de proetarras de Bildu y golpistas catalanes, lo intenten enmascarar.
Tiene su lógica que las jaurías podemitas quieran meter su vergonzosa gestión bajo el felpudo, pero, como Joan Planas deja patente en este vídeo, la realidad es que los españoles tienen motivos para desconfiar y asustarse de la penosa gestión de un Ejecutivo sectario, que engaña por sistema, con la mentira como principal arma política.
Del presidente Pedro Sánchez, de sus ministros, de alguno de sus 'expertos' y del tropel de periodistas que les bailan el agua, a la espera de subvenciones, publicidad oficial o puestos en las bien remuneradas tertulias televisivas.
Porque pretender que no cunda el pánico cuando un domingo se pide a voz en grito manifestaciones multitudinarias, encabezadas por ministras, y al día siguiente ese mismo gobierno decreta el cierre y prohibición de colegios, universidades, eventos deportivos y cualquier concentración de más de 1.000 personas es de ser muy golfos y desahogados.
Quizá el retrato de la golfería sea la foto de la ministra Celaá con guantes de lates en la manifestación del 8M en Madrid, sin duda para no contagiarse de los virus del populacho que con sus mentiras y embustes movilizan.
¿Qué cambió del domingo al lunes?
No cambio nada, solo los deleznables intereses de la agenda política del líder del PSOE, que antepuso la foto de su señora saltando como una loca en la cabeza de la movilización morada a la información precavida y responsable, en aras del bien común, que se espera de un digno gobernante.
Calificativo que al inepto Sánchez y a sus conmilitones monclovitas les resulta absolutamente ajeno.