Ataviada con un tapabocas, con las gafas bien puestas y el pelo recogido en una coleta, Ana María da los últimos retoques con la máquina de coser a una de las doscientas mascarillas que, de forma diaria, elabora el taller de sastrería del mítico Teatro Colón de Buenos Aires.
Lienzos y telas facilitadas por el ministerio de cultura son las que utilizan los voluntarios para elaborar las mascarillas que son donadas al personal de la salud.