"Uno de los paradigmas mas grandes de la microbiología es la concepción de la existencia de las bacterias como organismos asóciales, cuya única actividad era dividirse para generar una nueva bacteria, cada una, idéntica la otra. Sin embargo, desde hace más de 60 años se ha sugerido que lejos de esta conducta aislada, puede existir una conducta bacteriana en grupo, la cual hace la norma “la unión hace la fuerza”. Pero si las bacterias realmente pueden tener una conducta como grupo, entonces se hace necesaria una comunicación entre ellas, a través de la cual puedan “votar y decidir” y actuar en grupo para conseguirlo.
Se comprobó que las bacterias, se comunican entre si, que tienen “voz y voto” y que pueden unir esfuerzos para llevar a cabo funciones de las cuales se beneficien en conjunto.
Existen diferentes formas de comunicarse con las demás bacterias, básicamente estas se agrupan en dos: una es la comunicación vía peptidos y la otra es la comunicación a través de acil homoserina lactona, lenguajes usados por bacterias gram positivas y proteobacterias respectivamente (Kleerebezem el al., 1997a; Lazazzera y Grossman, 1998), ambas moléculas son llamadas autoinductores.