Todos ricos.
Hablo de los altos dirigentes del PSOE.
Con notables y escasas excepciones, como podrían ser Corcuera, Leguina o Alfonso Guerra, no hay preboste socialista que no este forrado o forrándose.
Lo dijo sin un ápice de envidia, porque a estas alturas de mi vida lo único que envidio del prójimo, de algunos, muy pocos, es el talento.
Lo demás, el dinero, los coches, las cenas, las mansiones, los trajes, el lujo y otras fruslerías, me importan un comino.
Hoy nos enteramos de que Zapatero, un tipo nefasto para España porque desenterró el odio guerracivilista y pavimentó el nauseabundo camino por el que transita Pedro Sánchez, se ha comprado una villa en Lanzarote.
El palacete playero está valorado en 1.200.000 euros y aparece en el registro como un bien a medias entre el expresidente socialista y su mujer.
No creo que Sonsoles Espinosa, cantante y profesora de música, pero a la que no se conoce ingreso alguno, haya aportado mucho, pero tampoco hace falta, porque su marido se lo está llevando crudo, como comisionista, asesor e intermediario del chavista Maduro y otros facinerosos.
Mirando papeles, aparece que los Zapatero poseen otra casa en León y un sólido chalet en el barrio de Valdemarín, por donde corre el rumor de que ya no reside en la zona porque se ha trasladado a La Finca, donde vivía Cristiano Ronaldo.
No lo se, ni me importa, porque en lo que quiero poner el acento es la caradura y la facilidad con que estos socialistas, que predican desde el poder contra los empresarios y estigmatizan a genios como Amancio Ortega o Roig el de Mercadona, se lanzan como posesos por la pasta, en cuanto dejan el cargo.
Y aprovechando, lo que me parece bastante inmoral, las ventajas, palancas, contactos, agendas y amigos tejidos desde esos cargos.
Ignoró con detalle lo que hace en estos momentos el ex ministro Ábalos, que de joven vendía 'souvenirs' en la Plaza de Toros de Valencia y acabó de titular de Fomento, tras 44 años dedicado a la política, 39 de ellos en el PSOE, pero estoy seguro de que se lo está llevando crudo en comisiones.
Cuantiosas, aunque no tantas ni tan pingües como las que cosecha su conmilitón Pepiño Blanco, fundador y CEO de la consultora ‘Acento’, que se promociona con una carta en la que el ex ministro socialista, ex vicesecretario general del PSOE y antiguo secretario de Organización afirma sin rubor que su empresa tiene “interlocución permanente con los poderes públicos” y “diálogo con responsables de las Administraciones en las iniciativas legales que pueden afectar a los intereses e inversiones” de todo tipo de compañía.
¡Más claro, agua!