Estamos rodeados de delincuentes.
Y lo malo es que los mas contumaces están en el Consejo de Ministros.
Lo del Gobierno Frankenstein no tiene un pase, del asco que da.
Este pasado fin de semana, cuando vi a Sánchez y a Illa cantar al alimón ‘La Internacional’, en la clausura del congreso del PSC, casi me parto la caja de risa.
Oír entonar a coro eso de ‘arriba lo pobres del mundo’, a los asistentes a las orgías del Tito Berni, a los compadres del comisionista Pepiño Blanco, a los colegas de los magnates Zapatero y Bono y a los protagonistas de la ‘Trama Koldo’, fue de vergüenza ajena, pero hoy no vamos de contradicciones sino de estilo y coincidirán conmigo en que, ademas de mangantes son unos macarras.
El zote Patxi López llama nazi a los periodistas que osan preguntarle por chalaneos con los etarras y corrupciones socialistas y cuando le corean ‘Koldo’ ‘Koldo’, se pone estupendo y dice que la gente tiene poca educación.
La chabacanería de ‘Chiqui’ Montero, esa que era consejera de Hacienda de Griñán cuando se perpetró la estafa de los ERE y ahora ejerce de ministra de Hacienda de Sánchez, es proverbial.
Y lo de Óscar Puente, ese ministro que le llama amigo con derecho a roce, es soez de Record Guinness.
Se me ocurre a mí la grosería de llamar a Baltasar Garzón amigo con derecho a roce de Dolores Delgado o sugerir que el juez defenestrado por prevaricar y la exministra sanchista se lo hacían en el despacho en los tiempos en que ella era fiscal y el magistrado, y me crucifican.
Las feministas me estarían perseguido por las redes, el PSOE habría escrito una decena de veces a la APM exigiendo que me retiraran toda acreditación para ejercer el periodismo y las llamadas asociaciones profesionales emitirían comunicados condenatorios, estilo fatua islámica.
Mi tesis, en sintonía con Girauta e incluso como Alvaro Nieto, es que para acabar con esta peste hay que bajarse al barro, asumiendo sus tácticas e incluso sus trapacerías.
Poner pie en pared y si te descalifican, descalificar; si te insultan, insultar y si intentan menospreciarle, ponerlos a caer de un burro. Sin remilgos, sin melindres, sin frenos.
El PSOE es el partido de los ladrones, el de la corrupción, el que más ha mangado en la Historia de España y con enorme ventaja el que más dinero de nuestros impuestos se gasta en putas, viagra y cocaína.
Es el partido que se abraza los asesinos de un millar de inocentes y blanquea a secuestradores como Otegi.
El que chalanea con la derecha xenófoba catalana, mima a los golpistas y se mete con el fugado Puigdemont en el oscuro maletero del coche separatista, para poder seguir chupando del frasco y disfrutando del Falcon y La Moncloa.
Es evidente que la ilegal amnistía no ha calmado el furor de ERC y Junts, sino que ha estimulado sus chantajes, pero a Sánchez le da igual.
Dicho esto, no entiendo muy bien las razones del PP para tramitar ese bodrio en el Senado, donde anuncian que lo harán arrastrando los pies que antes de dos meses no vuelve al Congreso.