El consumo de carne en Argentina ha caído a niveles históricos, alcanzando apenas 47 kilos por persona al año, la cifra más baja desde 1996. Según el economista Hugo Vázquez, esta disminución se debe al deterioro del poder adquisitivo de los consumidores desde principios de 2024. Mientras tanto, la producción nacional se ha orientado hacia las exportaciones, con un aumento significativo en las ventas a países como China, Estados Unidos e Israel. Aunque la producción de carne sigue siendo alta, el consumo interno continúa disminuyendo en proporción a lo producido.