La flemática, impenetrable y protectora imagen que ganó la policía de Londres, del Reino Unido, en el siglo XX, esconde otras caras jamás pensables.
Detrás de esa figura del orden y la justicia, primero, como ya se ha visto, y ya no es escondido, está la violencia policial, la brutalidad o el abuso, que ha presentado muchos casos, pero que hoy no será nuestro tema.
Segundo y lo más importante, que ese adiestramiento de la Policía británica para someter al individuo con el cobijo de la palabra "orden" o "justicia" se está exportando al mundo, y sin duda para ayudar al represor para que no pierda su poder en tal o cual lugar.
Es decir, el Reino Unido está exportando esta violencia y la está enseñando a otras policías para reprimir a sus pueblos. Un documento secreto, revelado por el propio periódico británico "The Observer" exhibe justo este fenómeno.
Se trata de un contrato de servicios firmado el 14 de junio del 2015, entre el Colegio de Policía del Reino Unido y el Ministerio del Interior de Baréin. Baréin, un pequeño país situado en el Golfo Pérsico bajo la sombra de Arabia Saudí.
Baréin donde cada vez hay más protestas que piden sacar a la monarquía represora de ese país, donde piden democracia, libertad de expresión e igualdad. Baréin, donde todos esos manifestantes acaban silenciados a golpe de tolete, encarcelados o muertos.
Así es Baréin, donde problemas de inseguridad no hay muchos que digamos, situación que arroja la cuestión siguiente: ¿para qué entonces quiere el Gobierno bareiní entrenar a sus fuerzas policíacas? El principal problema para la monarquía de Baréin es el 80 % de población que grita libertad y democracia.
El objetivo es así, reprimir a la gente. Daniel Carey de la firma de Abogados DGP con sede en Londres y Bristol dice que la policía británica enseña a las policías de otros países, desde luego, un muy buen entrenamiento, pero también lo peor: cómo violar los derechos humanos.
"Sabemos que el Colegio de Policía provee un amplio rango de programas de entrenamiento que son una potencial preocupación tal como el uso de datos de comunicación obtenidos de las operadoras telefónicas, la intercepción de material de vigilancia y la policía encubierta, y que el alcance de sus cursos en el extranjero no es limitado en cualquier vía", asegura.
La firma de abogados defensores de los desprotegidos en Londres, además cuestiona la justificación legal de que un policía británico esté trabajando en el exterior, ya que el derecho constitucional prevé que un policía trabaje en las calles de su país.
Que los ministros británicos quizá no tengan el poder legal para enviarlos al extranjero y obtener ganancias, como los millones de libras que ha obtenido el dicho colegio desde su creación en 2012: 8 millones de libras.
Lo que entonces todo apunta a un negocio, porque en el contrato entre el Reino Unido y Baréin lo que importa es el dinero, ya que se menciona todo, menos los derechos humanos, algo imposible de creer ya que las principales ONG del mundo (Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW)) han denunciado a Baréin como un sistema represor donde el pueblo no tiene garantía ni de expresión ni de igualdad ni de democracia.
No hace poco, le arrancó la ciudadanía a centenares de manifestantes que exigían sus derechos, entre ellos el famoso líder sheij Isa Ahmed Qasim.
¿Cómo es posible que el Reino Unido que presuma de defender y velar por los derechos humanos en el mundo, le venda el entrenamiento y la técnica para reprimir a un país que ya está por demás decir que es represor?
¿Cuáles son los valores para el Reino Unido, dinero y control o respeto a los DDHH?
¿Reino Unido en una crisis ética donde venden violencia sin importar a quién?
Epílogo: El años pasado los británicos vendieron la jugosa cantidad de 3 mil millones de libras en juguetes de la muerte: misiles, bombas y granadas a varios países acusados de crímenes de guerra o represión popular: Arabia Saudí, Baréin, Burundi y Maldivas.