Es el símbolo del fracaso de la política migratoria europea. Las autoridades francesas han comenzado a desalojar a los últimos miles de inmigrantes que hasta hoy permanecían en la Jungla de Calais, el mayor campamento clandestino del continente, situado frente al Canal de la Mancha.

El desmantelamiento comenzó hace algunos meses y se ha llevado a cabo por fases. La que ha arrancado este lunes es la definitiva. Los evacuados serán distribuidos en centros de acogida por todo el país. Al abrigo del frío, la lluvia y en un entorno vigilado.

“La ‘jungla’ no es un buen lugar para vivir”, explica el afgano Hayat Khan. “Hay demasiados problemas. Te roban el dinero, te quitan el móvil. No está uno seguro. Siempre hay problemas”.

Para muchos era la antesala de la tierra prometida, la última escala antes del Reino Unido. Renunciar no es fácil de digerir.

“Algunos se resignan”, comenta Stu Block, asistente social. “Y aceptan que tendrán que quedarse en Francia. Muchos han pasado experiencias horrorosas para llegar al Reino Unido. Y ahora se dan cuenta de que no podrán hacerlo. Para ellos es descorazonador”.

It's a day for goodbyes, as thousands of refugees + migrants leave the Calais 'Jungle' in France. Some have been there for years. pic.twitter.com/cKaa5jDvdt— UN Refugee Agency (@Refugees) October 24, 2016


Las autoridades calculan que unos 2.000 se negarán a abandonar la zona. Y vigilan para que no acampen en otro lugar.

“Me da igual”, concluye el sudanés Ammar Mohammed. “No me preocupa ir a prisión. Yo quiero llegar a Inglaterra. No quiero quedarme en Francia ni en ningún otro país de la Unión Europea. Quiero ir al Reino Unido”.

La policía ha desplegado un dispositivo especial de seguridad para evitar altercados como los que se registraron el domingo por la noche. La evacuación debería concluir en los próximos tres días.

Opinion: Abolishing the ‘Jungle’ won’t solve migrant crisis https://t.co/TfZdbzzKw4— Financial Times (@FinancialTimes) October 24, 2016