La oposición nicaragüense no pudo realizar la marcha por segunda vez para reclamar una revisión de resultados electorales por un nutrido grupo de sandinistas enardecidos que los rodearon e impidieron avanzar, obligándolos a retirarse bajo protección policial. Al menos tres periodistas resultaron heridos por fuego de mortero de fabricación casera y un vehículo de un canal de televisión fue quemado por manifestantes sandinistas, que van contra la línea crítica al gobierno. Unos 5.000 policías fueron desplegados en los lugares donde se concentraron ambos bandos.