Sigo creyendo que una Justicia independiente es imprescindible para que haya democracia, pero ya no profeso una fe ciega en los jueces.
No se si influye el ver que algunos como Marlaska, que parecían el ‘Guerrero del Antifaz’, terminan de felpudos ministeriales; la corrupción política que corroe la Fiscalía o el asalto al Tribunal Constitucional que perpetra Sánchez o todo junto.
Pero cada día se acrecienta en mi la sensación de nuestros jueces, con escasas excepciones, tienden a ser un león con el ratón y un ratón frente al león.
En cualquier caso, hoy tienen una oportunidad de redimirse.
No se si han leído Periodista Digital y se han enterado ya de la ultima iniciativa del PSOE en Madrid.
En un pasmoso despliegue de sectarismo lanza el partido de Pedro Sanchez una campaña en redes sociales contra Isabel Díaz Ayuso, en la que animan a sus fanáticos a hacer memes con la cara de la presidenta madrileña.
Y para ello, los odiadores socialistas difunden dos retratos por sus canales oficiales.
En uno aparece la lideresa popular haciendo una mueca y en otro luce muy sonriente.
Añaden los mamelucos del desventurado Lobato un mensaje: “Para que Madrid deje de ser un meme, haz el tuyo de Ayuso”.
Adelantan tres ejemplos.
Rematan la faena colgando en redes sociales una plantilla, para animar a la chusma progre.
Creo que esta memez, al margen de lo que tiene de ridículo y de la impotencia que revela, entra en el terreno del Código Penal, que en su artículo 510 castiga con penas de prisión de 1 a 4 años y multa de 6 a 12 meses a quienes fomenten, promuevan o inciten al odio, o produzcan, elaboren o faciliten a terceros materiales idóneos para incitar al odio.
¿Tomará cartas en el asunto la Fiscalía General Estado?
No, porque es una oficina de Sánchez.
Pero estoy seguro de que habrá denuncia, porque Ayuso no es de las que se quedan quietas y ahí, en unos días, veremos si los jueces cogen el toro por los cuernos o alegan conciliadores, como cuando les acusó la ministra Belarra de prevaricadores, que es ‘libertad de expresión’.
Esa libertad que tanto nos acotan a los pocos que nos atrevemos a cargar con denuedo contra esta tropa.