Más de seis meses después del inicio de la guerra en Ucrania, el desastre humanitario parece no tener fin. Unos seis millones de refugiados que han abandonado el país, decenas de miles de muertos y heridos, entre ellos más de 8.000 civiles. Las pérdidas materiales son incalculables, pero las que realmente marcan el alcance del drama son las pérdidas humanas, en las que lamentablemente han fallecido medio millar de niños inocentes.

La realidad de este drama es un mundo devastado: decenas de miles de personas que antes de esta tragedia vivían en condiciones completamente normales, o en el peor de los casos, bajo los efectos de la pandemia, como el resto de la humanidad. Hombres, mujeres, niños y niñas que hoy día no saben cómo ni cuándo podrán recuperar la más básica de las herramientas para la supervivencia, la esperanza.

Además de provocar una cifra gigantesca de refugiados, otros siete millones de personas se han visto obligados a desplazarse en el interior del país, algunos en espera de poder buscar otros destinos más seguros.
Por su valor y su resiliencia, el ejemplo máximo de la capacidad de superación y lucha del ser humano, la Fundación DIARIO DE AVISOS concede este año a la población civil de Ucrania el Premio Especial Taburiente 2022.