Hoy estoy optimista y me da que lo de ‘Sálvame’ es un indicio, una premonición, de los cambios políticos que se avecinan en España.
La nueva dirección de Telecinco ha liquidado el engendro que atocinó a millones de españoles y le dinero a paladas durante 14 años.
Si Jorge Javier Vázquez y su ‘troupe de frikies’ siguieran facturando como antaño es muy probable que la cadena ni se hubiera planteado fulminar el invento, pero el ‘Rey de la Telebasura’ y su espectáculo llevan tiempo a la baja y perdiendo espectadores.
La gente ha terminado cansándose de esa panda de tarados, que se enfadan, se acusan, revelan intimidades sonrojantes y se reconcilian llorosos, orquestados por un tipo muy desahogado, que nunca se ha cortado un pelo y llegó a proclamar que su programa era para ‘rojos y maricones’.
Esa confesión fue una declaración de intenciones: después llegaron las soflamas contra los toros, contra los políticos de derechas, las diatribas ajenas al sentido común y los elogios a Sánchez y a las memeces de Irene Montero y la ‘Banda de la Tarta’.
El escoramiento izquierdista de ‘Sálvame’ no es ni irrelevante ni inocuo.
A la hora de acercarse a la urna vale lo mismo la papeleta del Premio Nobel en Matemáticas que el de la ‘maruja’ de supermercado y si tienes un millón de espectadores y muchos se tragan como pavos lo que ven y escuchan en pantalla, el mangoneo es evidente.
Prueba de ello es que, en redes sociales, sólo los progres lloran por la decisión de Mediaset de cancelar la cochambre y entregar las tardes de la cadena a Ana Rosa Quintana, que lleva tiempo dándoles a Podemos, al PSOE y al socialista Pedro Sánchez hasta el velo del paladar.
Y para enmarcar está la reacción de Pablo Iglesias, quien este 5 de mayo de 2023 anunció en Twitter el ‘fichaje’ de Jorge Javier, para presentar en su Canal Red un programa titulado ‘Rojos y Maricones’.
Seguro que es un montaje, urdido entre el dueño de la mansión de Galapagar y el ‘Rey de la Telebasura’, para ayudar al cónyuge de Irene Montero a recaudar fondos, pero la jugada tiene su intríngulis.
Jorge Javier, con quien probablemente volveré a coincidir en el colegio electoral este 28 de mayo, porque reside en una gigantesca mansión del lujoso barrio de La Florida no muy lejos de mi casa, es como Wyoming, Evole y otros por el estilo.
Un tipo listo, caradura, osado, al que los billetes se le caen de los bolsillos, que descubrió hace tiempo que en España se gana más pasta, te tratan mejor y hasta te consideran moralmente superior si dices que eres de izquierda y que votas a los amigos de ETA y de los golpistas catalanes.
Pero no hay mal que cien años dure.
Estamos en vísperas de un revolcón electoral para Sánchez y compinches, porque ni ‘Sálvame’ es España, ni todos somos ‘rojos y maricones’.