Vuelve a quedar como Cagancho en Almagro.
Aunque eso a Pedro Sánchez le preocupa más bien poco.
A él solo le obsesiona poder conservar al precio que sea el poder, seguir disfrutando de las mullidas alfombras de La Moncloa y, por supuesto, seguir tirando de Falcon y de Súper Puma.
Sin embargo, la hemeroteca se empeña en rescatar perlas del presidente del Gobierno que, en situaciones normales, deberían de ponerle la cara más roja que el fondo del logo de su partido, el PSOE.
Porque el inquilino monclovita vuelve a mentir o, como dice él, a cambiar de opinión sobre el tema de Cataluña y en concreto la amnistía y el referéndum de autodeterminación.
Sin ir más lejos, el 4 de septiembre de 2023, en 'Los desayunos del Ateneo', en Madrid, sin nombrar expresamente esas dos palabras, sí que dejó caer que no se podía volver a caer en la fractura que se vivió en el año 2017, que no se podían repetir los mismos errores.
Ha llegado el momento de la audacia para dejar atrás definitivamente la fractura de 2017 con el procés. Es el momento de pasar página, momento de la política, de ser coherente, aprender de los errores del pasado y seguir avanzando en convivencia con medidas respaldadas por la Constitución democrática.
Sin embargo, justo hace dos años, el 15 de septiembre de 2021, el jefe del Ejecutivo, tras una reunión con Pere Aragonès en el Palacio de la Generalitat de Cataluña, descartaba cualquier posibilidad de plegarse a las exigencias de los independentistas.
Es decir, que ni la amnistía ni la autodeterminación iban a ser parte de cualquier acuerdo para seguir en La Moncloa:
Somos conscientes que el clima de hoy es mejor que el de hace algunos años. No vamos a arreglar ahora lo que se estropeó hace 10 años. Vamos a anteponer los intereses de la ciudadanía ante cualquier presión particular. Las prioridades de la sociedad catalana ahora son otras, más relacionada con superar la pandemia y la crisis económica derivada, y no la independencia. Ni el referéndum ni la amnistía son posibles. La sociedad catalana no puede sufrir mayores desgarros. Vivimos juntos y tenemos que decidir juntos, no solo una parte de España.