Hace un calor que atontolina y anda media España de vacaciones, pero aquí seguimos, en la pelea, porque no quiero que a mis hijos, el día en que me llame San Pedro, pueda alguno malvado decirles que su padre andaba panza arriba en la playa y untándose crema bronceadora, cuando un tipo apellidado Sánchez y sus compinches ponían a la Patria en almoneda.
Quizá por eso me irrita un poco que la sufrida oposición -fundamentalmente el PP -, haya decidido posponer a septiembre la ofensiva contra el marido de Begoña, en lugar de sacudirse la arena de los pies y meterse ya de lleno en la batalla.
Vaya por delante que sigo convencido de que los populares no utilizaron a fondo su mayoría en el Senado contra la amnistía a los golpistas catalanes, provocando un conflicto institucional, pero que serán capaces de aprovechar su abrumador poder autonómico y municipal.