Imagino que para Sánchez y sus cuadrilla de maleantes, la afloración cotidiana de noticias cada día más acadabrantes sobre la corrupción del PSOE debe ser un sinvivir, pero para nosotros, ciudadanos españoles que pagamos sus juergas y padecemos su peste, es un sinparar.
No se si saben que el PSOE estaba pactando con los proetarras en el Congreso, a la misma hora en que la portavoz del Gobierno, la cursi Pilar Alegría, desclificaba cínicamente desde La Moncloa a Bildu y a su candidato, por no etiquetar a ETA como banda terrorista.
Pactaban los de Sánchez y los de Otegi la lista de comparecientes que irán a la comisión sobre mascarillas.