Se confirma la tesis de que en España, miembro de la Unión Europea que el socialista Sánchez mangonea desde hace seis años, no cabe un tonto más.
Ceuta, donde se apelmazan cuatro veces más ‘sin papeles’ de los que puede acoger en sus instalaciones y los ‘menas’ entran a nado como si no hubiera mañana, pide solidaridad al resto de España.
Canarias, que ha recibido cinco veces más inmigrantes ilegales que el pasado año y teme que este septiembre se produzca una invasión masiva, solicita a Madrid, Castilla, Extremadura, La Mancha o Galicia que le echen una mano.
El Gobierno Sánchez -mientras reparte inmigrantes por la Península Ibérica como si fueran paquetes - presiona a las regiones, con la excepción de País Vasco y Cataluña, para que abran sus puertas a los desventurados.
Y ninguno se acuerda de Mohamed VI, porque por chusco que suene a nadie se le ha ocurrido que -antes de nada- la clave es presionar a Marruecos para que reciba de vuelta los miles de indocumentados que nos mete por la frontera.
Y que si son ‘niños’, como alegan los progres, retornen con sus padres, que parece lo lógico.
Este país se ha agilipollado hasta extremos inauditos y para sustentar mi conclusión, les voy relatar un caso reciente que abona en ese sentido.
El pasado sábado, se detectó al sur de Formentera una embarcación con inmigrantes irregulares a bordo.
Una nave de Salvamento Marítimo acudió al encuentro y rescató a 28 ‘sin papeles’.
Y una vez acogidos con todo cariño los recién llegados, intervino la Guardia Civil, como dictamina el procedimiento.
Cual no sería la sorpresa de los agentes de la Benemérita, al darse cuenta de que la ‘matrícula’ de la lancha, coincidía con la de una fueraborda sustraída unos días antes en Denia.
Dado lo chocante del asunto, investigaron un poco más y descubrieron que el ‘patrón’ del barquito de marras era un tipo que había llegado a Baleares en una de las últimas oleadas de ‘sinpapeles’.
Y buscando, descubrieron que al sujeto, además de ropa, mata, comida y atención médica, siguiendo el protocolo habitual, la Cruz Roja Española le proporcionó un billete para el ferry a la Península, que cuesta 60 euros, y 300 euros de regalo, para gastos de bolsillo.
Le podían haber dado 500, que es lo que le dan a otros, pero no andaban rumbosos ese días nuestros ‘solidarios’ .
Y el tipo llegó a Denia, echó un vistazo, contactó con unos amiguetes y sustrajo una lancha motora en el puerto deportivo.
Con los 300 euros de la Cruz Roja llenó de combustible el depósito y puso rumbo a Argelia, donde tras hacer unas gestiones, cargó de gente la lancha -a 1.000 euros por cabeza-y enfiló de nuevo hacia costas españolas.
Ignoro si nuestros 'solidarios profesionales' le han vuelto a dar billete para el ferry y dinero de bolsillo, pero que este repite la operación esta fuera de toda duda, porque ni siquiera ha sido detenido.
¡Y después nos choca que haya en España tantos majaderos dispuesto a votar al marido de Begoña y al hermano del músico!